Muchas
veces nos creemos que nosotros solos podemos conseguir logros que sólo
pueden ser alcanzados por equipos o grupos. Dentro de ese grupo, pensamos que
quizás, por tener mucho talento o capacidad, podemos hacerlo todo, sin ayuda o
colaboración de nadie; ahí es cuando erramos, cada persona tiene sus puntos
débiles y es en ese momento, cuando la ayuda de otros integrantes de ese
colectivo, nos ayudan a disminuir esos defectos.
También nosotros detestamos que dentro de
un grupo haya individualismos, que sólo afectan al grupo y a su proceso para
conseguir el éxito, además, empeoran la relación entre los integrantes. El
resto de componentes nos ayudan a nosotros, y nosotros debemos hacerlo también.
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Como bien dice Leonardo Da Vinci, toda cualidad siempre va a traer
consigo la envidia y el anhelo de otras personas de tener esa virtud; es muy
difícil que una cualidad no sea envidiada, es muy difícil, siempre va a haber
personas que no se acepten a sí mismos e intenten ser como el resto, y al no
conseguirlo, sienten envidia.
Pero, ante esto, no debemos hacer caso, debemos ignorarlo, y demostrar que por el simple
hecho de que una persona sienta envidia es porque está un paso por debajo de
ti, porque nunca han logrado nada y nunca serán capaces de alegrarse por los
éxitos de los demás, en definitiva, no podrán ser felices.
A los que quieran verte caer, ¡que se esmeren, que siempre estarás de
pie!
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EL MANZANO
Hace muchos años, había un manzano y un niño que
lo adoraba y pasaba todos los días jugando alrededor de él.
El pequeño creció y nunca jamás volvió a ser su
compañero de juegos. Un día, regresó ya hecho un muchacho y le dijo: “¿ Juegas
conmigo?”. Pero este le respondió: “ Ya no soy el niño de antes, lo que ahora
quiero son juguetes y no tengo dinero para comprarlos”. “ Te sugiero que cojas todas mis manzanas y
las vendas”, le contestó el árbol. Pero, tras hacer eso, se marchó dejándolo
solo otra vez.
Transcurrieron unos años hasta que, ya hecho un
hombre, volvió bajo su sombra protectora. “¿Vienes a jugar conmigo?”, le
preguntó el manzano. “ No tengo tiempo, he de trabajar para mantener mi
familia. Necesito una casa.¿Puedes ayudarme?”. Y este le respondió: “ Coge mi
madera y constrúyela”. Y así lo hizo. Pasaron muchos años, sin que el manzano
supiese nada y un día se acercó un anciano con bastón que era su amigo. El
árbol le dijo: “No tengo nada que ofrecerte, pero puedes apoyarte en mi seco
tronco para descansar”.
El manzano podría ser nuestros padres, que nos
dan todo lo que pueden y tienen, nos apoyan sin pedir nada a cambio, de forma
gratuita para hacernos el bien; el chico, podríamos ser cada uno de nosotros,
que sólo nos preocupamos de nuestros padres y recurrimos a ellos cuando nos
hacen falta para conseguir algo. Debemos valorar más sus acciones, y tener en
cuenta lo que hacen por nosotros y no tratarlos por interés.
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En muchas
ocasiones, estamos demasiado ocupados en nuestras preocupaciones o en nuestro ámbito laboral, y se nos olvida
disfrutar de las distintas etapas de la vida, como la adolescencia, la niñez,
etc.
Estas etapas
nunca se volverán a repetir, ya que no se tienen 15 años dos veces en la vida.
Por ello, vive
y sé feliz, ningún problema debe hacerte sufrir.
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Muchas
personas se extrañan cuando se suceden actos honrados:
Vas a
comprar algo, pagas y te devuelven de más, se extrañan si se lo comentas al
dependiente y devuelves el dinero que no te debían devolver.
Te entregan
un examen, sumas las notas y te da menos de lo que le da al profesor, se lo
dices y todos se extrañan, piensas que eres idiota.
Lo que
verdaderamente eres es honrado, no quieres lo que no es tuyo y no podrías estar
contento con un mérito que no te has ganado.
Es de
idiotas aprovechar situaciones como estas, ya que demostraría que no te riges
por ningún principio y quieres conseguir lo que sea como sea. Hay gente que no
entiende la honradez, sólo el oportunismo y el hecho de ser un sinvergüenza,
aunque en el fondo lo sepan.
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LOS ANIMALES NO ENSUCIAN EL MONTE, LOS HUMANOS SÍ, POR FAVOR, COMPÓRTENSE
COMO ANIMALES.
Aunque normalmente se suele decir que comportarse como animales, es
realizar acciones atroces, sin ningún razonamiento o actuar de forma soez y sin
educación.
Pero en este caso, se nos muestra la imagen más limpia de los animales, los
cuales nunca afectan a la naturaleza y además, la embellecen y ayudan a que
tenga esa magia especial. Esta frase hace referencia a que no dejemos
constancia de que hemos estado en un lugar, especialmente si es en la
naturaleza.
Por eso, cada vez que vamos al monte de acampada o por algún acto, debemos
dejarlo todo tal cual lo encontramos, sin ningún resto. El monte es de todos,
de los animales y nuestro, por lo que debemos mantenerlo en condiciones para
disfrutarlo ambos.
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