"Hay
días en los que sólo te apetece gritar. En esos días sientes que la vida te la
juega una y otra vez, imitando una especie de círculo vicioso. Esos días son
duros. Siento como si todo lo que un día construí se desmoronase destruyendo
mis recuerdos, la vida que creé evadiéndome de todo aquello que creí ser malo.
Dicen, que estas son las cosas que en un futuro nos harán grandes, que nos
enseñarán cosas que de otras maneras no hubiéramos aprendido, pero la verdad,
yo no sé si esto me está haciendo fuerte o si me está matando lenta y
dolorosamente.
Cada día que pasa te
echo más de menos. En un principio pensé que era como una rara y pasajera
obsesión, pero a la larga, me he dado cuenta de que estoy enamorada de ti como
jamás lo había estado antes. Añoro tus labios, tus ojos marrones y tu sonrisa
pícara.
Mucha gente me
pregunta ¿Por qué escribes sobre el desamor? Quizá porque me he quedado
estancada en el recuerdo de nuestras manos unidas como piezas de puzzle, y no
soy capaz de salir da ahí. Es duro necesitar a alguien más que a ti mismo, es
realmente duro.
Los días se pasan
lentos, más lentos que en las novelas de Blue Jeans.
Ni tu vestías de azul
ni yo era la princesa de un cuento. Hace tiempo que no veo en mis ojos aquella
niña.
Las nubes preguntan
qué ha sido de nosotros, creo que se han dado cuenta de que ando un poco rota,
pero sigo aquí, recorriéndome las calles, recordando aquellas tardes, haciendo
los recuentos de las luces de ese valle, que cruzábamos saltándonos las normas
como vallas.
Ahora cuéntame
mentiras y pensaré que te importo, no soy una chica de diez pero sigo en mis
trece, si pudiera pedir tres deseos te pediría tres veces."
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