sábado, 2 de mayo de 2015

Juan Carlos

Juan Carlos, de 1ºB:

"Había una vez una extraña selva llena de monos bubuanos. Los bubuanos eran unos monos de largos brazos y piernas cortitas, que dedicaban todo el tiempo a adornar sus brazos de coloridas y brillantes pulseras. Cada cierto tiempo les visitaba el macaco Mambo, con su carro lleno de pulseras y cachivaches. En una de sus visitas, apareció con una enormes y brillantísimas pulseras, las más bonitas que había llevado nunca. Y también las más caras, porque nunca antes había pedido tanto por ellas.
Todos los bubuanos, menos Nico, corrieron por todas partes a conseguir plátanos suficientes para pagar su pulsera. Siendo tan caras, tenían que ser las mejores.
Pero Nico, que guardaba plátanos por si alguna vez en el futuro hicieran falta, y que a menudo dudaba de que todas aquellas pulseras sirvieran para algo, pensó que eran demasiado caras. Pero como no quería desaprovechar la visita de Mambo, rebuscó entre sus cachivaches algo interesante, hasta dar con una caja extraña llena de hierros torcidos. "No sirve para nada, Nico", le dijo el vendedor, "puedes quedártela por un par de plátanos".
Así, Mambo se fue habiendo vendido sus pulseras, dejando a los bubuanos encantados y sonrientes. Pero al poco tiempo comenzaron a darse cuenta de que aquellas pulseras, tan anchas y alargadas, no dejaban mover bien los brazos, y eran un verdadero problema para hacer lo más importante en la vida de un bubuano: coger plátanos. Trataron de quitárselas, pero no pudieron. Y entonces resultó que todos querían los plátanos de Nico, que eran los únicos en toda la selva que no estaban en los árboles. Así, de la noche a la mañana, Nico se convirtió en el bubuano más rico y respetado de la selva.
Pero no quedó ahí la cosa. Aquella caja de raros hierros torcidos que tan interesante le había parecido a Nico y tan poco le había costado, resultó ser una caja de herramientas, y cuando Nico descubrió sus muchas utilidades, no sólo pudo liberar a los demás bubuanos de aquellas estúpidas pulseras, sino que encontraron muchísimas formas de utilizarlas para conseguir cosas increíbles."

REFLEXIÓN
Este cuento nos demuestra que cuando vamos a una tienda, no debemos comprar lo más caro aunque tenga muy buen aspecto y brille mucho, ya que a lo mejor ese objeto tan caro y brillante no es realmente lo que necesitamos, mientras que otros objetos más baratos pueden ser de mejor utilidad.
Yo pienso que cuando vamos a comprar debemos comprar lo que necesitamos, y así no se derrochará el dinero que tenemos.

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REFLEXIÓN
Esta frase quiere decir que según nuestra actitud ante la vida, nos sentiremos mejor o peor,  por ejemplo, si una persona no busca solución a un problema se sentirá mal, mientras que si le buscamos soluciones a los problemas o situaciones negativas nos sentiremos mejor, ya que ese problema se habrá olvidado y nos acordaremos de cómo resolvimos ese problema y lo dejamos atrás.


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       REFLEXIÓN
       
            Esta frase nos hace reflexionar sobre las personas que hemos conocido y de las que nos hemos separado. Esto ha sido porque, en verdad, esas personas no eran como nosotros pensábamos;             seguramente, si no están en nuestras vidas es porque no nos aportaban lo que nosotros creíamos: amistad, cariño, amor...
 Por ello aunque a veces nos suponga una pena, hay que seguir adelante y pensar que vamos a conocer a otras personas que nos darán lo que nosotros necesitamos.

                                                                                                                     

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