REFLEXIÓN:
De casualidad, he visto este vídeo y me ha impactado
mucho por lo que quiero compartirlo con todos ustedes.
A veces las cosas no son lo
que aparentan y nos quedamos con lo que se ve a simple vista, sin pensar en el
esfuerzo o problemas que ese otro ha tenido que realizar o superar para llegar
a donde está.
En el vídeo se ve claramente lo que acabo de decir.
El niño pobre envidia al niño que está sentado en el banco porque tiene cosas
bonitas y nuevas, en cambio, él tiene ropa sucia y rota y no se da cuenta de
que el niño siempre está sentado y no se puede mover. Al cumplirse su deseo de
ser como él, ve la realidad y seguramente, hubiera preferido quedarse con sus
zapatos rotos.
Tengamos mucho o tengamos poco, tenemos que aprender
a disfrutar de lo que tenemos sin envidiar las cosas que tienen los demás
porque nunca sabemos qué hay detrás.
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