Todos tenemos mucha gente a la que querer. Nos suele pasar
que a lo largo de los días, con el ajetreo, no nos damos cuenta y nos olvidamos
de decirle a nuestras personas queridas lo mucho que los queremos.
No hace falta que lo digamos con palabras ni regalos, sólo basta con una
sonrisa, un gesto amable o simplemente una mirada de complicidad.
Hay una persona muy allegada a mí, que se arrepiente muchísimo de no haber
cumplido con el mensaje de esta frase a tiempo.
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