QUIERO TENER UN MILLÓN DE AMIGOS
Si tuviera millones de amigos, le pediría a cada uno una moneda y seria
millonario.
Si tuviera 500 mil amigos, les pediría tomarnos de las manos para unir el
país.
Si tuviera 200 mil amigos, fundaría una ciudad donde todo el mundo me saludara con una sonrisa.
Si tuviera 25 mil amigos, la empresa de teléfonos me cortaría la línea cada vez que cumpliera años.
Si tuviera 6 mil amigos, me gustaría ser padrino de 6 mil niños.
Si tuviera mil amigos, tendría mil manos para mi.
Si tuviera 365 amigos, pasaría cada día del año con uno de ellos.
Si tuviera 100 amigos, tendría cada día cien consejos.
Si tuviera 10 amigos, mi madre tendría 10 hijos más.
Si tuviera 4 amigos, tendría aseguradas cuatro manos que cargarán mi ataúd.
Si tuviera 2 amigos, seria 2 veces más feliz.
Pero si tuviera un solo amigo, no necesitaría tener más.
Hay quienes quieren tener un millón de amigos cuando cada uno de vale millones……
Si tuviera 200 mil amigos, fundaría una ciudad donde todo el mundo me saludara con una sonrisa.
Si tuviera 25 mil amigos, la empresa de teléfonos me cortaría la línea cada vez que cumpliera años.
Si tuviera 6 mil amigos, me gustaría ser padrino de 6 mil niños.
Si tuviera mil amigos, tendría mil manos para mi.
Si tuviera 365 amigos, pasaría cada día del año con uno de ellos.
Si tuviera 100 amigos, tendría cada día cien consejos.
Si tuviera 10 amigos, mi madre tendría 10 hijos más.
Si tuviera 4 amigos, tendría aseguradas cuatro manos que cargarán mi ataúd.
Si tuviera 2 amigos, seria 2 veces más feliz.
Pero si tuviera un solo amigo, no necesitaría tener más.
Hay quienes quieren tener un millón de amigos cuando cada uno de vale millones……
Reflexión
A veces queremos tener muchos amigos, pero en realidad por muchos que
tengas nunca vas a tener a uno realmente especial a tu lado, porque no te darás
cuenta y querrás tener siempre más pero sin cuidar a cada uno de ellos como se
merecen.
Aunque creamos que por tener un solo amigo no somos buenos o que los
demás son mejores que nosotros, tenemos que pensar que un solo amigo al que
cuides y que te quiera es mejor y más importante que tener a montones y
no quererlos de verdad.
Por muchos amigos que la gente diga tener en las redes sociales eso no es
verdad, ya que no los conocen en persona y a veces ni se saben sus
nombres; sólo hay que mirar bien para saber que esa persona nunca está con
nadie en la realidad.
No queramos tener a tantos amigos si no
podemos querer realmente a uno solo.
CÓMO SE ABRIÓ EL SENDERO
Un día, un becerro tuvo
que atravesar un bosque para volver a su pastura. Siendo animal
irracional, abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, subiendo y bajando
colinas.
Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, líder de un rebaño, que, viendo el espacio ya abierto, hizo a sus compañeros seguir por allí.
Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese sendero: entraban y salían, giraban a la derecha, a la izquierda, descendían, se desviaban de obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían nada para crear una nueva alternativa.
Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en un amplio camino donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría haber sido vencida en treinta minutos, si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.
Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal de un poblado y, posteriormente, en la avenida principal de una ciudad. Todos se quejaban del tránsito, porque el trayecto era el peor posible.
Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía, al ver que los hombres tienen la tendencia a seguir como ciegos el camino que ya está abierto, sin preguntarse nunca si aquélla es la mejor manera.
Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, líder de un rebaño, que, viendo el espacio ya abierto, hizo a sus compañeros seguir por allí.
Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese sendero: entraban y salían, giraban a la derecha, a la izquierda, descendían, se desviaban de obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían nada para crear una nueva alternativa.
Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en un amplio camino donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría haber sido vencida en treinta minutos, si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.
Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal de un poblado y, posteriormente, en la avenida principal de una ciudad. Todos se quejaban del tránsito, porque el trayecto era el peor posible.
Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía, al ver que los hombres tienen la tendencia a seguir como ciegos el camino que ya está abierto, sin preguntarse nunca si aquélla es la mejor manera.
Reflexión
Muchas veces
tomamos las decisiones que creemos más fáciles sin preguntarnos si
realmente la que escogemos es la mejor; sólo queremos trabajar lo menos posible
y no queremos tener que pensar en otras soluciones si ya nos han dado una.
Cuando en la
vida se nos presenta una dificultad tenemos que pensar dos veces la decisión
que sea mejor sin dejar que las opciones que parezcan más fáciles nos hagan
equivocarnos y hacer que vallamos por el camino que, aunque aparentemente es
más fácil, es más difícil y complicado.
Debemos darnos
cuenta de todas las opciones que tenemos día a día para ser mejor y que
desaprovechamos porque pensamos que con un poco que nos esforcemos nos dará
para salir adelante, pero si siempre dejamos que eso pase con el tiempo no nos
servirá y nos costará más volver al buen camino.
Debemos esforzarnos lo máximo que podamos para así obtener los
mejores resultados.
El águila, el cuervo y
el pastor
Lanzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito.
La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse.
Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños.
Le preguntaron sus hijos acerca de qué clase de ave era aquella, y les dijo:
- Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.
Reflexión
Este relato nos quiere decir que debemos prestar atención a lo que nosotros
estamos preparados para hacer y no envidiar lo que hacen los demás.
Si vamos por la vida pensando que los demás hacen cosas mejores que
nosotros no nos irá bien, ya que aunque practicando nos pueden llegar a salir
determinadas cosas hay otras muchas que no y no por eso somos peores que otras
personas, eso sólo significa que somos diferentes y que a nosotros nos pueden
nos saldrán mejor unas cosas.
Debemos entrenar para lograr nuevos logros, pero no debemos forzarnos
demasiado ni frustrarnos por lo que no nos salga y hay que recordar que cada
persona es diferente pero no por eso es mejor ni peor.
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