domingo, 26 de octubre de 2014

Hoy es el día

Y desde luego que es el día. Ahí va una entrada de Miriam, de 2ºB: 

No existe un día más hermoso que el día de hoy.
La suma de muchísimos ayeres forma mi pasado.
Mi pasado se compone de recuerdos alegres, tristes…
Algunos están fotografiados y ahora son cartulinas donde me veo pequeño.
Donde mis padres siguen siendo recién casados, donde mi ciudad parece otra.

El día de ayer pudo haber sido un hermoso día, pero…
No puedo avanzar mirando constantemente hacia atrás,
corro el riesgo de no ver los rostros de los que marchan a mi lado.

Puede ser que el día de mañana amanezca más hermoso.
Pero no puedo avanzar mirando solo el horizonte,
corro el riesgo de no ver el paisaje que se abre a su alrededor.

Por eso yo prefiero el día de hoy.
Me gusta pisarlo con fuerza, gozar su sol o estremecerme con su frio,
sentir como cada instante dice: ¡presente!

Sé que es muy breve, que pronto pasará.
Que no voy a poder modificarlo luego ni pasarlo en limpio.
Como tampoco puedo planificar demasiado el día de mañana,
es un lugar que todavía no existe.

Ayer fui.
Mañana seré.
Hoy soy.

Por eso:
Hoy te digo que te quiero.
Hoy te escucho.
Hoy te pido disculpas por mis errores.
Hoy te ayudo.

Hoy comparto lo que tengo contigo.
Hoy me separo de ti sin guardarme ninguna palabra para mañana.
Porque hoy respiro, veo, siento, oigo sufro,
huelo, lloro, trabajo, toco, rio, amo.

Hoy.
Hoy estoy vivo.
Como tú.
Hoy puedo decir.
Que tengas más fuerzas para seguir.
Un día como no lo hubo y como no lo habrá.

Reflexión:
He escogido este texto, porque creo que hay que vivir el presente y disfrutar cada momento como si fuera el último. Cada instante es único, y no sabemos si lo vamos a volver a vivir, y aunque así fuera, nunca sería igual. Lo mismo sucede con el  valorar y expresar lo que sentimos a las personas con las que compartimos cada día, porque quizás, mañana, ya no están con nosotros.
De nada sirve pensar en el mañana, porque no ha sucedido, como tampoco  es útil, andar recordando constantemente el tiempo pasado, ya que no  es posible volver atrás, ni resolver conflictos que hayan sucedido, lo que nos distrae de vivir el presente y disfrutar lo que hoy toca vivir.

“La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero debe vivirse mirando hacia delante”

                                                               Soren Kierkegaard

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