Tengo profundamente miedo, ya no soy el de antes, mi rencor
tiene tu nombre y tus apellidos. Envolverme entre mis sabanas, edredones y
recordar aquella sensación de estar en las nubes.
Te tengo tan marcada, por haberme hecho creer que era posible llegar hasta arriba por haberme hecho tan tuyo en mi fantasía, era únicamente cosa de dos. Odio tanto imaginarte con otro, por sustituir mis sentimientos. Y es que me cuesta tanto no poder volver a sentir esa gran bahía con tus perfectas curvas, no sentir el algodón al besarte, no sentir las nubes al abrazarte, no sentir tus latidos, no sentirte, no tenerte.
Te odio, por haber sido la capitana de mi destino, por haber emprendido ruta con fin pudiendo no imaginar el final, te odio por haberme llevado hasta lo más alto y hacerme caer con tu indiferencia.
Te odio por haberme hecho creer que soy tuyo y ser uno más, por haberme hecho latir en algunos momentos y ahora quitarme el aliento.
Te tengo tan marcada, por haberme hecho creer que era posible llegar hasta arriba por haberme hecho tan tuyo en mi fantasía, era únicamente cosa de dos. Odio tanto imaginarte con otro, por sustituir mis sentimientos. Y es que me cuesta tanto no poder volver a sentir esa gran bahía con tus perfectas curvas, no sentir el algodón al besarte, no sentir las nubes al abrazarte, no sentir tus latidos, no sentirte, no tenerte.
Te odio, por haber sido la capitana de mi destino, por haber emprendido ruta con fin pudiendo no imaginar el final, te odio por haberme llevado hasta lo más alto y hacerme caer con tu indiferencia.
Te odio por haberme hecho creer que soy tuyo y ser uno más, por haberme hecho latir en algunos momentos y ahora quitarme el aliento.
Te odio...
a través de tristes pantallas,
para este dos mil quince,
deseo no rozar tanto la pantalla,
y acariciar tu piel.
Este es un año nuevo,
tengo trescientas sesenta y cinco oportunidades para ser feliz,
y justamente ante aquellos,
me prometeré sonreír.
Son solo palabras,
que se piensan, que se callan,
soy solo yo,
el que decide, el que se guarda.
Tengo un día para llorar,
otro para arrepentirme,
Y trescientos sesenta y tres preciosos días para brillar.
otro para arrepentirme,
Y trescientos sesenta y tres preciosos días para brillar.
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