martes, 13 de enero de 2015

Las tres rejas

Acabamos hoy con Emma, de 1ºB:

El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo: 
—Maestro, un amigo suyo estuvo hablando mal de usted. 
— ¡Espera! — Lo interrumpió el filósofo—. 
¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme? 
— ¿Las tres rejas? —Sí. La primera es la reja de la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? 
—No; lo oí comentar a unos vecinos. 
—Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
—No, en realidad no. Al contrario... 
— ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta? 
—A decir verdad, no. 
—Entonces —dijo el sabio sonriendo—, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.


He elegido este cuento debido a que muchas veces en la vida, somos tan inconscientes que al escuchar conversaciones ajenas, rápidamente vamos corriendo a contarlo a quien sea sin haber pensado antes las consecuencias que causará y sobre todo si a la persona que se lo digas le importará.

Mi opinión es que, sinceramente, la gente es muy falsa y podrá llegar a determinados puntos que mejor no tratar con ellos si seguimos haciendo lo mismo siempre. Y creedme, lo sé por experiencia.
Ya sabes, la próxima vez que te digan algo que no esté asegurado... ¡Mejor estarse callado y así todo irá mejor!


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