Me he leído el libro “Mea Culpa” de Manuel
Luque Tapia, y la verdad es que me ha impresionado bastante.
Uno está acostumbrado, desgraciadamente, a
escuchar en las noticias, “una nueva víctima del maltrato, en X lugar, a
manos de…..” y decimos “Jo, qué sinvergüenza…..”, pero al leer este libro con
varios poemas, describiendo el testimonio de una mujer víctima del maltrato por
parte de su marido, se me ha puesto los pelos de punta, y no me explico cómo
hay personas que pueden ser tan malas y hacer tanto daño, sin que les dé remordimiento alguno.
Aquí
se relata varios episodios que sufrió la víctima, desde la añoranza de la
infancia; el recuerdo del día más feliz de su vida (el regalo de su osito de
peluche); el deseo de gritar su nombre (el del verdugo); el temor de llegar a
la casa; el mea culpa (donde ella cree que no sirve para nada); y mucho más.
Le escribo un par de otras poesías, que a mí
me han “tocado”.
Así me llama
Inútil, inútil, inútil, así me llama
una vez, y otra vez, y otra más.
Incontable es el número de veces
que así me llama, hasta el punto
que, en ocasiones, casi he llegado a creer
que así me llamo.
Acto seguido, asumido el seudónimo
y lo más aprisa que puedo, con la cabeza gancha,
como un mendigo que suplica
un mendrugo de pan duro en casa del amo,
me acero a él, y medrosamente le digo:
¿Quieres algo?.
Se vuelve hacia mí
y mirándome con esos ojos
que por sí solos hablan,
sin apenas esforzarse,
sé que me está diciendo que estorbo.
Entonces comprendo, con cierta euforia por mi parte,
que esta vez, sólo deseaba comprobar
que sigo siendo
la misma perra sumisa de todos los días.
Sí, por esta vez he tenido
suerte, pienso.
Temo llegar casa y decir HOLA
Temo llegar a casa y decir hola,
porque es como decir:
Ya estoy aquí para que vengas a mí
Y descargues en este cuerpo,
madurado a golpes de cincho y puño,
todos tus fracasos,
toda la ira de todas tus
derrotas,
toda las salvas de tu furia contenida.
Sí, ya está aquí la marioneta,
la culpable de tus propias decepciones,
el reo penado por todos tus fracasos,
los hombros que necesitabas para zarandear,
el estercolero donde verter todos los derechos
de una vida repleta de frustraciones.
Y me siento entonces el trapo
en el que limpia sus manos el verdugo,
el retrete donde el alcohólico su bilis,
y el señuelo en el que se parapeta el cobarde.
Por eso, simplemente,
temo llegar a casa y decir hola.
Sólo por eso.
Esquela Mortuoria
Esquela aparecida en un periódico el 22 de marzo, 2005.
Rogad a Dios una oración en caridad por el alma de Dª Gloria Fuentes
Navas (1976-2005), Glori, como la llamaban sus seres queridos – marido,
amigos y compañeras de trabajo-, que falleció el 21 de marzo, en Sevilla, de
muerte “accidental” a los 29 años de edad.
Su apenado esposo – y amigo al mismo
tiempo – Luis Antúñez Bejarano, ruega asistan al sepelio que, Deo volente, tendrá lugar en la
parroquia de Ntra. Sra. De la Consolación, sita en la urbanización de “Pino
Montano”, a las 8:30 de la tarde.
SU ALMA DESCANZE EN PAZ
Todo se ha cumplido.
MEA CULPA
No sirves para
nada, me dice,
y es que no sé
por qué,
cuando él está
delante
me pongo tan
nerviosa.
Todo se me cae
de las manos.
Y eso es lo
que más temo.
Odio
especialmente los platos,
Son los que
más ruido hacen.
Yo no quiero
que me caigan las cosas,
pero como por
arte de magia,
de repente,
todo está en el suelo.
Y él, allí, a
mi lado,
como esperando
a que sucediera
lo que iba a
suceder.
Primeros los
gritos y los insultos,
luego pafff, una patada,
pafff, un golpe en la cabeza,
y otro pafff en el pecho
y otro en el
rostro
y pafff por todo el cuerpo.
Sí, yo sé que
es culpa mía, soy tan torpe,
pero no lo
hago adrede.
No, adrede no.
No sé lo que
me pasa
cuando él está
delante.
No, no lo sé.
Manuel Luque
Tapia
OPINIÓN: Me ha
parecido interesante esta poesía, porque a medida que la iba leyendo me ponía
en la piel de la persona que estaba sufriendo este tipo de agresión; y cómo el
autor narra el maltrato que sufre en silencio una mujer en manos de un
desarmado, el cual es su marido. Es horroroso como hay gente que puede tratar
tan mal a una persona, levantándole la mano, agrediéndola... creyéndose
superiores que ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario