jueves, 20 de noviembre de 2014

Jorge Bucay

Massiel, de 1ºB, nos ofrece una de sus magníficas reflexiones:

JORGE BUCAY
Aquí les dejo este pequeño cuento del que podemos sacar muchas y distintas reflexiones. Yo ya he sacado la mía, y ahora les invito a todos y cada uno de ustedes a que saquen su propia reflexión de este cuento y con la que más se identifiquen, y que la tomen de referencia para sus vidas. Espero que les guste.


OBSTÁCULOS 
Voy andando por un sendero. 
Dejo que mis pies me lleven. 
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte 
se recorta la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. 
Siento que la ciudad me atrae. 
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo 
que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis 
sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que 
más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, 
lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos. 
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar 
hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un 
poco, pero no me importa. 
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo 
que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras 
decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me 
repongo y sigo caminando. 
Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y 
también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me 
sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo 
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de 
que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... 
Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto. 
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está 
hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un 
gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños... 
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo 
escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso. 
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un 
costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con 
complicidad. 
Me recuerda a mí mismo... cuando era niño. 
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos 
obstáculos entre mi objetivo y yo? 
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí? 
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste 
tú. 
                                                                                                  Jorge Bucay


REFLEXIÓN
·  En esta historia se cuenta lo que nos pasa a nosotros con mucha frecuencia, y eso es la elección del camino sencillo. Muchas veces decidimos irnos por el camino más bonito y más fácil sin darnos cuenta de ese puede ser el peor, ya que pensamos que no nos encontraremos ningún obstáculo en el camino, pero cuando empezamos a andar, nos damos cuenta de que cada vez hay más obstáculos y más difíciles de superar. Otras veces el camino está despejado, pero al acomodarnos tanto, aparecen distintas dificultades como consecuencia de nuestros actos fallidos realizados a lo largo del camino o por nuestra falta de esfuerzo reflejada más adelante, y, cuando nos ocurre eso, podemos hacer dos cosas, o rendirnos y coger otro camino para empezar desde el principio, o seguir insistiendo en el mismo camino para conseguir nuestra meta inicial aunque cada vez sea más difícil y debamos esforzarnos más.
·  En la vida debemos aprender a superar nuestras dificultades esforzándonos cada día más. 
·  No todos los caminos estarán siempre sin ningún obstáculo, y por ello no hay que ponerse triste y mucho menos rendirse, lo que hay que hacer es seguir adelante y esforzarnos cada vez más.
·  ESFUÉRZATE cada día más, porque eso es lo que marcará tu presente y tu futuro. Y de eso se trata la vida, de ser cada día mejor, superando nuestros fallos y errores.
La frase que más me llamó la atención fue cuando el niño le dice que los obstáculos los llevó él. Y eso nos pasa cuando dejamos de esforzarnos y creemos que todo se solucionará sólo y no ponemos de nuestro empeño para solucionar las cosas:


"Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú."

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