martes, 17 de febrero de 2015

Ainhoa

Ainhoa, de 2ºA:

He resbalado,
con tu corazón de hielo.
Y ahora tengo el mío,
a tres grados bajo hielo.


Puedo sacar las garras,
y rugir.
Pero no conseguiré hacerte daño,
a mí,
sí.


Me disfrazo de ti.
Te disfrazas de mí.
Y jugamos,
a ser humanos,
en esta habitación gris.
Me moriré de ganas,
de decirte,
que echo de menos estar contigo.
Que si me toco,
me pierdo entre mis manos,
aunque me pierden las tuyas.
En mi puerta hay un corazón,
cansado de sentir;
una vena y un coágulo.
Creo que el corazón es mío,
y la vena eres tú.
Creo que sólo soy el coágulo,
cansado de latir.
Creo que me desvanezco,
padezco de ti.
Y me disfrazo a ser feliz,
pero sin ti.
Y me disfrazo,
porque en esta habitación gris,
soy pura esencia,
que dejaste al salir.


Ahora que no estás,
tengo que saltar en la cama
por los dos.
Aunque, si te soy sincera,
lo hago sobre todo por mí.
Y te confesaré que a veces
imagino que estás debajo...
pero para pisar con más fuerza
y volar más alto.



¿Y dónde está el amor del que tanto hablan?
Dicen que ahí estaba,
bien guardado y arrinconado.
A la vuelta de la esquina,
entre hoja y hoja,
verso y verso,

refugiado entre líneas.
Dicen que permanece oculto,
tras máscaras,
tras gestos,
tras miradas.
Dicen que no tiene capa,
pero que aún así,
hace de héroe.
Dicen que lo tienes tú.
Que lo tienes bajo llave,
guardado en tú corazón
forjado de acero,
y oxidado por dentro
Y que te gusta jugar a buscarlo,
a encontrarlo
y a dejar que se escape entre tus manos.
Dicen que te gusta ,
jugar a mover los hilos,
a disparar al talón de Aquiles,
a hacer juegos de palabras,
citando a Aristóteles.
Y dicen que aún así,
quieres ser tú el héroe,
quitarte tu capa,
hacer de héroe,
tu propio héroe.
Y aún así preguntas,
qué dónde está el amor,
del que tanto hablan.



Y desde hace un par de meses,
solo me salen las cuentas cuando "dos",
es un número impar.
Desde hace un par de meses,
olvido es liberación.
Y no quiero caer en esa tentación.
No quiero ser libre.
Porque hay personas que no nacen para ser domadas,
sino para correr tentando a la suerte.


Y siempre me contó que me quería,
siempre me dijo que no podía vivir sin mí.
Pero luego se ahogó en vasos de agua.
Ni quieres querer, ni quieres que te quieran.
Tú no sabes que sus besos son disparos.
Nadie lo entiende, ¡no pide tanto, idiota!
Y es que, ¡nadie lo entiende!
Sólo queremos escribir una canción,
¡Tocarnos el corazón!
¡Escucharnos, prestarnos atención!
No pido tanto, idiota.


Hace frío.
Y por las noches no estás conmigo.
Y ya no tengo de tus manos para darme abrigo.


Pensaba que me querías,
pensé mal.
Pensé que te había olvidado,
estúpida manía de pensar.

Ella no sabía nada.
Ni siquiera sabía,
que tenía corazón.
No puedes romper un corazón roto.
Aún así tú querías arreglarlo.
Pero cariño,
¿cómo podrías curar un corazón,
que ni siquiera sabe que está roto?


Él no sabía nada.
Y como no sabía nada;
le regaló una flor sin pétalos, 
para que ella tampoco supiese

Si la quería o no.

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