PASATIEMPO
Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
Mario Benedetti
Reflexión:
Cuando somos niños vemos la vida
y el llegar a ser adultos tan lejano que se nos hace un mundo poder llegar ahí
y pensamos que una persona con 30 años es mayor no sólo por el abismo en cuanto
a años sino por la diferente forma de pensar y actuar. Todo se nos queda
grande. Conforme van pasando los años vemos que esas cosas que antes veíamos
tan grandes ya se van a cercando más a nuestro tamaño. Conseguimos entendernos
un poco más con los adultos y parece que la vejez se retrasa un poco más. Una
vez que llegamos a una edad adulta vemos que seguimos sintiéndonos joven y que
los de nuestra edad siguen siendo jóvenes y volvemos a ver la vejez más tarde.
Todo está relativo a nuestro tamaño y hasta los problemas ya no son problemas
porque podemos buscarle solución. La vida pasa y seguiremos sintiéndonos
jóvenes siempre pero hay algo que nos marca que algo se acaba, es la muerte. Ya
no nos impresiona, casi seguro que sigue dando miedo pero hemos vivido y
pasamos por cada etapa disfrutándola.
HAGAMOS UN TRATO
Compañera usted sabe
puede contar conmigo
no hasta dos o hasta diez
sino contar conmigo
si alguna vez advierte
que a los ojos la miro
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro
a pesar de esa veta
de amor desprevenido
usted sabe que puede
contar conmigo
pero hagamos un trato
nada definitivo
yo quisiera contar
con usted es tan
lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
quiero decir contar
hasta dos hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
y así quedar tranquilo
que usted sabe que puede
contar conmigo
Mario Benedetti
Reflexión:
Es muy bonito saber que tienes a
alguien con quien puedas contar en la vida. Querer a una persona no es obligado
que tenga que estar contigo sino que esté ahí cuando lo necesitemos. Cuando
quieres a alguien debes desearle lo mejor y darle lo mejor de nosotros, eso es
amor. Siempre queremos que si nos gusta alguien debe estar con nosotros y es
muy doloroso que no sea así, pero tenemos que entender que cada uno es libre de
elegir y que no por ello tenemos que sacarlo de nuestra vida porque si
realmente te gusta y le quieres, debes desearle lo mejor.
¿Cuántas veces no hemos estado
delante de los libros horas y horas y no hemos aprendido nada? ¿Y en cambio
otro día en 30 minutos nos lo sabemos todo?
Tenemos que saber sacar provecho
al tiempo y cuando vamos a hacer una cosa centrarnos sólo en eso, poner todos
los sentidos en ello y veremos que conseguimos muchos más resultados. Nos rinde
más 5 minutos de provecho que todo un día de vago. Pero no sólo con los
estudios, cuando estamos escuchando a alguien también debemos prestar atención.
Cada momento tiene su prioridad e intentar hacer muchas cosas a la vez que
requieran atención acaba en caos. La organización en la vida es básica porque
si no nos organizamos podemos perder mucho tiempo y ver que pasa el día y no
hemos hecho nada. Haz todo lo que quieras hacer en el momento que se te
apetece, no lo dejes para mañana porque aparecerán otras cosas y siempre
quedará pendiente sin hacer. La vida son momentos y todos igual de importantes,
todos necesitan nuestra atención. Así que manos a la obra y la próxima vez que
te sientes a estudiar piensa que cuanto más centrado estés mejor provecho sacas
a tu tiempo y mejores resultados obtienes.
No podía dejar de compartir
este video.
Este viernes, mientras
compartía un rato con mi madre, ella quiso mostrarme un vídeo que había visto y
le gustó mucho. Quería que yo lo viera y le contara que me había hecho sentir.
Pues bien, cuando comencé a verlo no lo entendí mucho sólo eran jóvenes que
pedían un deseo. Todos pensamos en cosas materiales, en deseos que no se
realizan, en viajar, disfrutar...pero cuando lo comparas con personas que piden
deseos de verdad, ves lo injusta que es la vida y lo egoísta que somos las
personas. La salud es lo más importante y no le damos valor porque lo vemos
como algo que nos pertenece. Sin salud nada tiene valor, ningún deseo es más
importante que recuperarla y poder hacer una vida normal. Qué decir de los
familiares, ellos sufren a diario por tener a ese ser querido a su lado y no
poder darles lo más importante. Les cuidan y están a su lado para que la
enfermedad se lleve lo mejor posible. Este vídeo me hizo entender que hay cosas
muy importantes en la vida a las que no les damos importancia hasta que las
perdemos.
Cuando sobran las palabras…
Me gustan las palabras que abren puertas, las “gracias” dichas en el momento oportuno, acompañadas de una gran
sonrisa; los “perdón” que
curan, que te
hacen olvidar y que van seguidos de un
abrazo; y los “por favor” que
acaban dando derecho a todo, que piden un permiso que se concede con
gusto. Me gustan las despedidas en las que se resisten a pronunciar el
contundente “adiós” y se decantan por un “hasta pronto”, sobre todo cuando existe la firme
intención de cumplirlo.
Me gustan los “buenos días, las “buenas
tardes” y las “buenas noches” que
deseamos a los que nos rodean. Pero también me gustan los contratiempos, los que nos hacen
espabilar y dar
un volantazo, los que sacan lo mejor y lo peor de nosotros, los que nos recuerdan
que somos humanos. Me
gusta volver a intentarlo, me
gusta recoger la toalla que arrojé y me gusta levantarme después de una caída. Me
gusta contar las horas, señal de que algo espero.
Me gustan los “no te preocupes” que te hacen sentir capaz de todo, los que
borran cualquier problema y
con los que comprendes que mañana, más y mejor. Me
gustan los “¿cómo estás?” porque
esperan una respuesta de ti, porque te dan la oportunidad de compartir con
quien te pregunta qué te ocupa y te preocupa. Me gustan los “me he acordado de ti por…” porque suelen estar cargados
del cariño más inmenso, porque suelen venir de quien quiere
tenernos presente en su vida.
Pero también me gusta cuando sobran las
palabras… Me gusta estrechar una
mano que te deje sin ellas, me gusta mirar frente a frente y que esté ya todo
hablado y, sobre todo, me gustan las caras expresivas, esas que acumulan arrugas resistentes
a cualquier crema, porque es la vida misma la que
las provoca.
Reflexión:
Las
palabras son muy importantes tanto para quien las dice como para el que las
recibe. Por eso es muy importante pensar en lo que se va a decir en cada
momento pues una vez dichas ya no hay marcha atrás. Las palabras pueden herir o
también pueden transmitir mucho cariño. Debemos agradecer, pedir perdón,
permiso, preguntar cómo estás…intentar que lo que digamos haga sentir mejor a
la otra persona. ¿Qué consigues con hacer daño a los demás? Esas palabras que
soltamos en un momento determinado porque nuestro estado anímico no es el más
idóneo, en realidad sólo expresamos nuestro mal estar sin tener en cuenta al
oyente. Al igual que las palabras
también las acciones. Una mirada o un abrazo es muy importante en ese momento
necesario. Por eso, haz lo que te gustaría que te hicieran a ti y evita las
malas acciones
Nada ni nadie es más fuerte que tú. No
tengas miedo a lo que tengas de frente ni a los obstáculos porque si no puedes
saltarlos simplemente esquívalos. Tú tienes la fuerza suficiente para conseguir
todo lo que te propongas. Si te muestras débil ante los demás siempre creerás
que el contrario es más fuerte que tú y se sobrevalorará. Piensa que muchas
veces el otro no es tan fuerte, eres tú quien lo ve así. El que no lucha no
consigue nada, el que no se esfuerza se queda en el camino, así que ve a por
tus sueños y no permitas que nadie te obstaculice ni te impida llegar a ellos.
Sólo tú entrarás en la meta que te propongas.
Si me das una mala contesta, una mala
mirada, si no me atiendes como yo espero…lo tomaré a mal sin pensar que hoy
tienes un mal día y que lo que necesitas es un abrazo o que te escuchen.
Juzgamos a los demás sin tener en cuenta cómo se sienten, que les pasa o qué
tipo de situación tienen. Queremos que cuando nosotros estamos mal vengan a
darnos un abrazo y a compartir un rato de compañía. ¿Verdad que cuando tú estás
desanimado no te das cuenta de cómo respondes? Entonces, ¿por qué juzgamos
cuando lo hacen los demás? Todo sería mucho más fácil si preguntamos al otro
cómo está. Así que cuando te sientas molestos por la respuesta de un amigo, no
le juzgues ponte en su lugar y pregúntale cómo está.
No esperes que las cosas te caigan del cielo (del cielo sólo
cae lluvia, un rayo…) lo demás depende de ti. ¿Quieres obtener resultados? Pues
trabaja. Nadie te va a regalar nada y nadie nace sabiendo. El fruto de nuestro
esfuerzo se verá recompensado en la vida. Todo requiere un tiempo y un
esfuerzo, cada persona debe trazarse unas metas para conseguir llegar a ellas.
Tu lema es “prohibido rendirse” cuando creas que no vas a poder más piensa que
todo es posible y que lo que hoy te parece demasiado mañana lo verás como si
nada. No dejes escapar tus sueños porque los veas muy lejos o imposibles porque
seguro que si te esfuerzas los puedes conseguir. ¡Ánimos!
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