martes, 3 de febrero de 2015

Cristina

Turno para Cristina, de 2ºA:


Pasaban los días, llevaba allí ya 2 semanas, con la misma rutina todos los días. En fin… había tenido suerte, buenas compañeras y en los estudios iba bastante bien, pero nadie podría controlar mis pensamientos sobre mi madre. Ella llamaba cientos de veces al internado, pero siempre rechazaba la llamada, no es mi madre, no es nadie para mí, una simple mujer.
Me levanté, miré el despertador, ¡eran las 07:50! No me iba a dar tiempo de llegar a la clase de Lengua, que comenzaba a las 07:55.
¡Qué mal! Rapidamente me vestí con lo primero que encontré, cogí la maleta y salí corriendo hasta la clase, mala suerte que iba tan despistada que me estampé contra un chico y los papeles de mi archivador salieron por los aires.
-Perdona, lo siento, iba muy despistada- dije yo avergonzada mientras recogía los papeles.
-No pasa nada, no eres a la primera que le pasa. Yo me llamo Iván, ¿y tú quién eres? Es la primera vez que te veo- dijo el chico.
-Yo me llamo Lucía, llevo aquí dos semanas y tampoco conozco a mucha gente, y encantada de conocerte.
-Igualmente, yo llevo aquí dos años y medio…
-Bueno, si te parece quedamos después de clases para hablar, que llego tarde a clase de Lengua.
-Me parece bien, adiós.
Me despedí con un gesto, y fui rumbo a mi clase. Toqué la puerta y… 
-Adelante señorita, ¿por qué se ha retrasado?- dijo Ramón, el profesor.
-Perdón, me he quedado dormida, no volverá a ocurrir….
Todos mis compañeros me miraban con cara extrañada y mis compañeras de habitación reían en el fondo del aula y yo sin saber por qué. Caminé hacia el pupitre vacío y me incorporé a la clase. Pensaba en aquel chico, tan mono y tan simpático… pero a la vez no sabía el motivo por el cual Iván se encontraba allí, quizás tendría un pasado oscuro, no lo se, estaba bastante desconcentrada en clase, todas las clases siguientes fueron un poco de lo mismo.
Cuando sonó la campana para finalizar las clases, salí entusiasmada al encuentro con Iván, quería saber más de él.

POBRE CHICA DESTROZADA.

Triste chica caminando por el monte, 
sus rizos dorados se movían por el viento,
ella muy desanimada se perdía en el horizonte,
sus llantos iban en aumento.

¡Pobre chica desamparada!
Tan solita y entristecida,
ni de sus buenos momentos se acordaba,
solo parece tocada y hundida.

Ojalá se mejore pronto,
pobre chica no quiero que llore,
aunque parezca algo tonto,
quiero que le perdone.

Tiene marcas en su piel,
feas y rasgadas,
pobre chica, hay que ser cruel,
para dejarla así de destrozada.

Querer olvidar todo, solo por instantes. ¿ Dónde está esa vida perfecta en la que todos queremos vivir ?En la que todo se pinta en color de rosa, en la que no existen los problemas ni los obstáculos, en la que nadie se hace amigo por intereses, en la que no existe el rencor ni el miedo a perder, en la que no tienes miedo al rechazo o a lo que te digan los demás, ¿dónde está esa vida?,¿dónde?
Ojalá supiera, me gustaría visitarla durante un par de días y ver lo que es vivir sin ninguna preocupación y que todo sea lo mejor de lo mejor, pero por otro lado pienso, esta vida es mejor. 
Si hay problemas, hay también una solución que te llevará a ser mejor persona y a crecer aprendiendo de los errores. Si los amigos aparecen y forman parte de tu vida por algún interés, aprenderás que es mejor no fiarse demasiado y  a darte cuenta de quién te quiere de verdad. Si existe ese rencor, es porque todos tenemos nuestro lado que recuerda algún mal momento, pero siempre existirá el perdón. Si no arriesgamos por miedo a perder, nunca podremos alcanzar nuestras metas, sueños y logros, y fracasaremos por no arriesgarnos. Si tienes miedo al rechazo, nunca sacarás tus mejores armas como persona y nunca podrás conocer a nadie nuevo, ni demostrarás lo que vales. Si siempre estás pensando en lo que dirán los demás, nunca podrás desatarte y dar lo mejor de ti.
Habrá baches, habrá malos momentos, existirán decepciones de personas que creías importantes en tu vida… pero a base de caídas y golpes se aprende.

Muchas veces no agradecemos las grandes cosas que nos ofrece la vida, las oportunidades a largo plazo de nuestro futuro, los objetivos que te propones a ti mismo a cumplir. Muchas  cosas que hacer y nosotros desperdiciando el tiempo en tonterías, en preocuparte por cosas que no tienen tanta importancia, en enfadarse con las personas que de verdad son importantes en tu vida y perderlas.
Es que le damos muchísima importancia a cosas que de verdad no la tienen y estamos perdiendo tiempo en preocuparse demasiado, cuando podrías estar haciendo otro tipo de cosas.
Hay que tener las cosas claras, ir construyendo tu futuro poco a poco, y empezar a proponernos unos objetivos para cumplir y poder llegar a ser lo que quieres, llegar a ser la persona que tú has elegido, porque al fin y al cabo solo TÚ escribes tu historia, tu futuro, tu propia filosofía de vida. A veces también nos dejamos llevar por lo que dicen los demás y finalmente ese tipo de cosas arrebatan nuestros sueños y logros, y no le damos importancia al futuro, es que solo dependerá de ti y de lo que quieras llegar a ser.
Así que empieza a escribir tu futuro, a saber lo que quieres estudiar, a intentar no cometer el error que cometiste en el pasado, escribe esos precisos logros que quieres para ti y sobre todo las personas  a las que se le puede llamar "amigo".
No te aconsejo que mires el pasado,bueno, solo si son cosas buenas, porque al fin y al cabo el pasado, pasado está,y es mejor no recordarlo, pero tampoco lo olvides porque es imprescindible.


Estoy en el abismo, quiero saltar, lo necesito, necesito saber que es arriesgarme. Quiero desprender las alas como un pájaro y sentir lo que es ser libre por cuestión de segundos. Quiero saber que se siente, saltando con seguridad, sin miedo  a lo que sucederá. No hay ningún miedo, ninguna inseguridad que me impida construir mi vida arriesgándome sin miedo al fracaso.  Menos suponer y decir, y más hacer. 
Quiero salir corriendo e ir al precipicio donde se esconden todos mis miedos, y superarlos, y decirme a mí misma que nada es imposible, y que el miedo nunca será un impedimento por el que luchar… Cuando llegue confesaré todos mis miedos ,y los iré derrotando uno a uno hasta poder avanzar.
"Salta ya me digo a mi misma, despréndete de tus cosas durante un momento, siente lo que es libre"
¿Y si mis miedos acaban conmigo que hago? Eso no tiene por qué suceder si estás segura de ti misma. Si estás segura de lo que de verdad tienes que afrontar. Hay cosas que habrá que asumir por vida, pero hay  cosas que son pasajeras y que pueden superarse.
No vamos a llorar, vamos a saltar y a superar todo aquello que no quieres en tu vida.
Suerte.

Ya no somos personas, ¿en qué sociedad vivimos? 
Ya no agradecemos nada, sin tan siquiera un mínimo detalle de alguien hacia ti,cuando agradeciendo las cosas harías muy feliz a la persona que te ha ayudado.
Ya no colaboramos, no aportamos nada a los demás, sabiendo por las situaciones que mucha gente está pasando, que simplemente con un bocadillo los haríamos muy felices. Apenas tienen un hogar donde cubrir las necesidades básicas. ¿Y sabes que hacemos nosotros? Derrochar dinero en cosas que no tienen importancia y que acabaremos cansadas de ellas.
Mientras se produce el maltrato animal, las personas siguen comprando mascotas y no se hacen responsables de cuidarlas, y cuando ya se cansan las abandonan.
Ya no nos damos cuenta de todo el daño que nos hacemos entre nosotros, un simple insulto puede herir más que una bofetada.
Ya no consolamos a nadie, aunque ellos los den todo por nosotros, nunca nos ponemos en el lugar del otro porque somos lo más egoísta que puede existir… 
Insensibles, manipuladores… 

Me asomé a la ventana,
el sol deslumbraba,
la noté cercana,
aquella misteriosa mañana.

Iba a ser un mal día,
algo sucedería.
¿El qué?
Aún no lo sabía.

Habría que esperar,
minutos, horas,
incluso días.

No llegaba nada,
ni una mísera noticia, 
ya no seguía asomada,
mi impaciencia me comía.

Oí un grito desde la calle,
corrí a la ventana,
una chica se desprendía,
vi como saltaba.


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