SENTIR
No te niego que te
haya olvidado; sigues ahí, en mi corazón, porque me dolió saber que no te
importo, que finges quererme. Tú solucionas todo con decirme palabras que nunca
cumples; estás lleno de mentiras y, según tú, las odias. Pues sabes qué: me
cansé de dar todo por nada, de creer en ti, de estar ahí para lo que necesites.
Sin embargo, cuando te necesito no estás.
La verdad es que te sigo queriendo; no te lo niego. Me alimento con palabras
que al final no cumples. Me ahogo poco a poco; podría ser que me matas lentamente
sin darte cuenta. Tengo que aprender a no estar para ti porque soy la tonta que
siempre lo está. No sé qué hacer; cada vez soy más distinta. Es como si me
hubieses cambiado.
Te quiero pero, a la vez, te tengo tirria. Cambiaste de un
día para otro, y no me imaginaba que fueras así. ¡Qué vamos hacer! Me equivoqué
contigo. Ese día estalló mi cajón, y te quedaste con una cara que nunca te
había visto. No te reconocía. ¿Has cambiado, o esa tu verdadera personalidad y
no me había dado cuenta? Es que ya me espero todo de ti; no sé quién eres.
Gracias a las personas que me quieren, me he dado cuenta de
cuál es la verdadera amistad. Me han ayudado a dejar de sufrir y añorar, pero,
siempre, una parte de mi corazón no te olvidará.
REFLEXIÓN: Esta
frase nos dice que no debemos rendirnos por nada ni por nadie, ya que siempre
hay un objetivo para seguir intentándolo, que todo comienzo es difícil aunque
el camino sea largo y duro, pero la
constancia y la firmeza nos ayudará a conseguir
lo que realmente queramos.
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