Llegan tiempos de fiestas, llegan tiempos deseados para todos, es ese
momento en que escucho la música, y no puedo evitar esa adrenalina en mí.
Es ese momento, en que me pongo tras el altavoz, cierro los ojos, y siento
algo en mí que me hace feliz.
Es esa oportunidad de poderme expresar libremente, de disfrutar con mi
mayor deseo, decibelios de sonido penetrando en mí, y… esa sensación de fervor
solo la conozco yo.
Quizás son esos momentos los que me dan la vida, porque acepto la música
como única salida a mis problemas, solo necesito pulsar un botón, subir el
volumen y sentir como lo malo fluye y lo bueno llega.
Psicólogos afirman que, cuando una persona escucha música que la agrada a
un cierto volumen se relaja, consigue una paz interior, y es más feliz; tienen
toda la razón.
La música es cultura, es esencial, es perfecta, es única.
Será que una vez por
todas, he caído en la cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, lo apostado, lo
ganado. Debe ser el frío de este cuarto el que me invade de certeza y me empuja
al abandono de este estúpido autoengaño: eres el presente, ¡mi presente!;
Suspiro. Y qué quieres que te escriba, si me siento como cuando caminas entre
mil palomas y corres el riesgo de que echen a volar sobre ti. Que me niego a
que una bufanda te sustituya. Que me pierden las manos, las tuyas. Esas que
tienen mucho que escribir, que dar, que alegrarte la vida. Esos ojos, que aún
cerrados saben hablar en mi idioma. Que esta noche mataría por ti, así que
venga, apostémonos algo, un pulso de voluntades. Todo riesgo está a mi cuenta.
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Siento la necesidad de
tener a alguien que me apoye. Me están pasando demasiadas cosas, la mayoría
(por no decir todas) son malas. Y ya estoy harta de pasar todo esto sola.
No pido a alguien que me defienda, o que haga de héroe sólo para impresionarme. Tampoco necesito que sea la persona más preciosa del mundo, ni que me compre cosas.
La verdad, me da igual como sea esa persona. Lo único que pido es que alguien me acompañe en este infierno. Que me suba el ánimo cuando piense que no valgo nada. Una persona que se décuenta cuando estoy mal, y me ayude a encontrar un buen camino, en el que no haya tanto sufrimiento. Alguien en quien pueda confiar y que sepa todo lo que me pasa. He intentado muchas veces explicar mis problemas. Pero no puedo, simplemente es imposible, la gente no me toma en serio, o me dice "ya pasará". Bien, ¿y si para cuando ya pase yo ya no esté aqui? ¿Y si no aguanto tanto y decido dejarlo atrás? Si ya me duele lo que me pasa ahora, ¿Cómo voy a aguantar esto durante más tiempo? ¿Acaso debo obligarme a sufrir?
No pido a alguien que me defienda, o que haga de héroe sólo para impresionarme. Tampoco necesito que sea la persona más preciosa del mundo, ni que me compre cosas.
La verdad, me da igual como sea esa persona. Lo único que pido es que alguien me acompañe en este infierno. Que me suba el ánimo cuando piense que no valgo nada. Una persona que se décuenta cuando estoy mal, y me ayude a encontrar un buen camino, en el que no haya tanto sufrimiento. Alguien en quien pueda confiar y que sepa todo lo que me pasa. He intentado muchas veces explicar mis problemas. Pero no puedo, simplemente es imposible, la gente no me toma en serio, o me dice "ya pasará". Bien, ¿y si para cuando ya pase yo ya no esté aqui? ¿Y si no aguanto tanto y decido dejarlo atrás? Si ya me duele lo que me pasa ahora, ¿Cómo voy a aguantar esto durante más tiempo? ¿Acaso debo obligarme a sufrir?
Bueno, este texto me ha gustado porque todos pasamos por malos momentos y rachas
en la vida, y pensamos que no pueden ser peor, y a veces nos sentimos tan solos
e incomprendidos que no sabemos qué hacer o decir y cómo actuar, prácticamente
como estoy yo ahora.
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Reflexión:
No le hagas a los demás, lo que no te gustaría que te
hicieran a ti :
Yo pienso que, hoy en
día esta frase está ligada a muchos temas, tanto como la violencia de género
como a la discriminación. Pero creo que esta frase es inútil ya que no se pone
en práctica casi nunca.
Yo creo que esta frase es como un derecho de vida, en la
cual nadie se merece nada malo o mal visto, y también que es como un derecho
humano no, porque nadie se merece nada malo a lo largo de su vida.
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Reflexión :
No juzgues un libro por su portada :
Yo creo que esta frase puede estar ligada a muchas cosas
para reflexionar, pero yo quiero meterla en cuando, a una persona no le cae
bien otra y por eso ya no se lleva con ella.
Un ejemplo :
Una persona que es, por así decirlo, es el líder del grupo
no le cae bien alguien y por eso ya a las personas de ese grupo, le cae mal la
misma persona.
Y así, le van haciendo un vacío hasta matarlo socialmente, y
eso lo veo cada día en la rutina diaria.
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