martes, 17 de febrero de 2015

Gilberto

Gilberto, de 2ºA:

Tengo uno de esos días,
en los que te preguntas,
por qué estas así,
si eres completamente feliz.
Me he despertado,
intenté sonreír,
saltar, cantar,
pero todo con un fin.
Cuesta tanto imitar,
fingir que estas bien,
y todo esto,
¿para qué?
Y es que pasan los días,
las semanas, los meses,
y levantarme cada mañana,
se me hace más duro,
sin tu mirada...


Y me di cuenta,
que no soy nada,
sin tu todo.
Porque gracias a ti,
descubrí el significado de necesidad,
y conseguí ver en mi ceguera,
la cruel realidad.
No puedo desear la primavera,
cuando no sé, si eres la perfecta.
No puedo desear que llegue el verano,
si no conozco tus curvas,
tu piel, en mis manos.
No puedo desear que llegue el otoño,
si lo único que va a caer es la relación,
y convertirme en tu mejor sensación.
No puedo desear que llegue el invierno,
si no que puedo tenerte entre mis sábanas,
para arroparme cada fría mañana.
No puedo continuar mis días,
si no tengo,
mi leve, pero perfecta necesidad,
que provoca, mi sonrisa.


 Y me levanté aquella mañana, triste, apenado, sin ganas de hacer nada.
Continué, sin darle mucha importancia, pero me dije a mi mismo que no podía estar así, porque yo, no soy así.
Fue cuando despertó el verdadero YO que llevo dentro y decidido se puso a hacer  cosas, a dejarse llevar por el sonido de la música, el que siente la canción de verdad, la escucha, la analiza y la disfruta. 
Y cada día me doy cuenta que tengo que levantarme y despertar por mí mismo, y nunca lo haré por nadie.
Porque amar solo se ama una vez, y cuando sientes que ya esa persona no te corresponde, te hundes hasta que mueres en tu mundo.
Yo soy feliz, con lo que tengo y lo que no, porque he aprendido a aceptar, a negar, y a permitir, supongo que esto sería un paso que tenía que dar tarde o temprano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario