jueves, 20 de noviembre de 2014

Ángel

Ángel, de 1ºB, quiere compartir con nosotros las siguientes reflexiones:




Esto explica que los problemas que tengamos en lo largo de nuestra vida no nos desesperemos que poco a poco y con paciencia podemos solucionarlo y salir hacia adelante .A veces también tenemos problemas en los que necesitamos ayuda pero no tiene que tener ningún problema, con ayuda y poco a poco en la vida todo o podremos solucionar. Lo que quiero decir es que en los problemas solamente necesitamos paciencia.



Esta frase explica que la amistad es un camino que no debe tener fin y que debes ser acompañado por una persona que de verdad quiera acompañarte en ese largo viaje, es decir ,que esa persona por cada obstáculo o dificultad que se encuentren no debe dejarte. Una amistad debe ser para siempre, es decir, no debe tener fin. Como dice la imagen ``Es un nudo que nunca se deshace´´.es como un camino que debes ser acompañado por una persona que tenemos libertad para elegir y tenemos que saber hacerlo.


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EL MIEDO....
¿Has sentido miedo alguna vez?
Todos nos asustamos y sentimos temor. No importa tu condición física ni lo valiente que seas o quieras ser.
A veces el miedo se convierte en el reto a conseguir algo, porque conoces el resultado de cómo puedes actuar; entonces éste te da el empujón necesario para actuar de la manera correcta.
Otras veces actúa como curación o prevención; el miedo a sentir dolor físico evita que actúes de ciertas maneras.
Todos los días hay preocupaciones en todos los ámbitos, el estar asustado puede ayudarte a tener más empeño, aunque muy a mi pesar, suele ser causa de estancamiento.
El cuerpo humano reacciona ante el miedo, HUYES o RESISTES.
Todos hemos tenido esta sensación de notar latir nuestro corazón más rápido y la respiración más acelerada.
Pero eres tú mismo quien decide resistir o huir, frente a lo que te intimida.
El cuerpo reacciona automáticamente, te prepara en cuestión de segundos para enfrentar o escapar.
Ya basados en temas del organismo, los latidos aumentan, pupilas dilatadas, bombeas más sangre, los pulmones cogen más aire y más rápido etcétera.
Por lo general, aparece todo esto cuando hay algo por lo que temer; pero hay veces que esto ocurre sin haber nada que provoque el miedo.
A esto le llamamos ANSIEDAD.
Esta ansiedad va ligada a sentimientos, que producen sensaciones de ahogo, opresión, dolor de estómago, fatigas, agotamiento e incluso pensamientos de que algo malo va a ocurrir, convirtiéndose en obsesión.
Cuando esto pasa, interfiere en lo más cotidiano; en la capacidad de aprender, dormir, comer, atender, conducir,. . .un simple paseo puede parecer una obligación agobiante.
Ya no hablamos de miedos lejanos, sino en cosas diarias y que necesitas hacer en tu vida normal.
Desde muy temprano tenemos esta sensación de ansiedad aun sin saberlo, desde pequeños... ¿Quién no ha sentido miedo a pasar una noche fuera de casa o sin papa y mama? ¿Un primer día de cole?.. .. Hasta podríamos relacionarlo con el miedo a dejar de ser queridos cuando nace un segundo hermano, síndrome del príncipe destronado.
Normalmente ocurre esto después de haber sufrido algo terrible, un accidente, una enfermedad, etcétera... Es muy fácil decir a una persona con ansiedad que todo es psicológico, pero también se dan casos de que simplemente es su organismo, las células nerviosas no funcionan bien en su cerebro.
Hay otra clase de miedo, temor, pavor etcétera, da igual cómo se le quiera llamar, que es el miedo a PERDER A ALGUIEN.
Por lo general y automáticamente cuando hablamos de esto, dirigimos nuestra mente basados en la infidelidad o que dejen de querer estar a nuestro lado. Este miedo te hace reaccionar de muchas formas diferentes, y crees que es el mayor miedo jamás sentido, hacia esa persona que no quieres perder.
Pero si vamos más allá, o más adentro de nosotros, cuando verdaderamente deberíamos tener miedo a perder a esa persona es cuando llega una enfermedad inesperada a su vida.
Ahí sí está el miedo verdadero, el que no puedes enfrentar ni huir, el que lo que sientas o hagas no cambia nada, ves su vida pasar constantemente ante tu mente, ojos, sueños, pensamientos...
No sabes cómo actuar, no resistes, no huyes, nada vale, hasta te agarras a la fe que a lo mejor ni sabias que tenías.
Sin duda, es el mayor de los miedos.
Imagina el miedo que tú tienes de perder a esa persona para que comprendas el miedo que esa persona puede sentir de perderse a sí misma.
Solo me queda decir...¡¡¡TENGO MUCHO MIEDO!

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